La depresión y la ansiedad son trastornos del estado anímico/ansiedad que afectan a la gente en varios campos de su historia, causándoles padecimiento, con lo que es esencial que la persona que cree padecerlos tenga una profesional de la salud psicológica. conseguir un diagnóstico temprano, sugirió el Dr. Ignacio Ruiz López, médico psiquiatra del Hospital Ángeles del Pedregal.
Causas
- Entendimiento genética: hay un mayor peligro de depresión clínica en el momento en que hay antecedentes familiares de la afección, lo que señala que la patología probablemente halla sido conseguida herencia. predisposición biológica. Este peligro es tenuemente mayor para la gente con trastorno bipolar. No obstante, esto no significa, ni supone que todas y cada una la gente con antecedentes familiares vayan a tener la patología.
- Causantes bioquímicos: se demostró que la bioquímica cerebral desempeña un papel esencial en los trastornos depresivos. Se conoce, por servirnos de un ejemplo, que la gente con depresión severa tienen desequilibrios en determinados químicos en el cerebro, llamados neurotransmisores. Además de esto, los patrones de sueño, que están influidos por la bioquímica del cuerpo, por norma general no son iguales en la gente con trastornos depresivos. Algunos fármacos tienen la posibilidad de desatar o calmar la depresión y ciertas hormonas tienen la posibilidad de modificar el estado anímico.
- Ocasiones agobiantes: La desaparición de un familiar próximo o amigo, patología crónica, inconvenientes entre personas, adversidades financieras, divorcio… tienen la posibilidad de ofrecer rincón a síntomas de depresión, que transcurrido el tiempo tienen la posibilidad de derivar en depresión clínica.
- Estacionalidad: Se ha visto que varias personas se deprimen a lo largo de los meses de invierno, en el momento en que los días se acortan. Una reducción en el número de horas de luz puede perjudicar la estabilidad de determinadas substancias químicas en el cerebro, lo que hace síntomas de depresión.
- Personalidad: La gente con esquemas mentales negativos, como baja autovaloración, sensación de falta de control sobre las situaciones de la vida y inclinación a preocuparse bastante,… son mucho más dispuestas a padecer depresión.
Estas peculiaridades tienen la posibilidad de destacar el efecto de ocasiones agobiantes o perjudicar la aptitud de enfrentar o volver como estaba. Supuestamente, los patrones de pensamiento negativos en general se establecen a lo largo de la niñez o la adolescencia y crean un patrón de pensamiento depresivo transcurrido el tiempo.
Llora sin fundamento
¿Lloras sin fundamento? Plañir ocasionalmente es habitual y puede ser bueno, en tanto que es una manera de dejar en libertad tensiones y conmuevas. No obstante, si llora en demasía y sin fundamento aparente, posiblemente haya inconvenientes latentes que deban abordarse. Estas son ciertas probables causas:
- Agobio o agotamiento: En ocasiones no nos ofrecemos cuenta de cuánto agobio acumulamos. Plañir sin fundamento puede ser una señal de que nuestro cuerpo precisa dejar en libertad ese agobio.
- Depresión: La depresión puede ocasionar una tristeza, un vacío o una desesperanza irrazonables, lo que transporta al llanto.
- Ansiedad: La ansiedad puede ocasionar llanto sin razón, pues la gente se sienten abrumadas, inquietas y tienen contrariedad para supervisar sus temores.
- SPM: ciertas mujeres experimentan llanto inexplicable como una parte del síndrome premenstrual, que incluye síntomas como problemas y también hinchazón antes del período menstrual.
- Desafío: El llanto incesante puede estar relacionado con el desafío por la pérdida de un individuo cercano o familiar, aun si piensas que terminó.
- Efecto pseudobulbar: una afección extraña que hace capítulos inesperados y también incontrolables de risa o llanto. Perjudica a personas con lesiones neurológicas concretas.
Hay una razón para plañir
Es esencial no llegar a estos límites sentimentales. Debemos comprender que siempre y en todo momento hay una razón para la necesidad de plañir, la que debemos aclarar. En esos días en los que por lo menos se nos quiebra la voz, nos cuesta tragar y de súbito se nos mojan los ojos, solo poseemos una alternativa: parar.
Nuestros sentimientos charlan y debemos escucharlos. Es psicológicamente saludable llevarlo a cabo primero por el hecho de que el llanto sensible es una parte de lo que somos, marcha y no tenemos la posibilidad de evitarlo.